La tecnología cumple numerosas funciones en la vida humana, que van desde lo más vital a lo más superficial, como pueden ser:
- Mejorar la calidad de vida objetiva, sanando o previniendo enfermedades, liberando al ser humano del trabajo más arduo, difícil o riesgoso, o permitiéndole realizarlo con un menor impacto en su organismo.
- Permitir el desplazamiento y la exploración del planeta y sus recovecos, así como del espacio exterior y de otros astros, para satisfacer la curiosidad innata del ser humano y su ansia de conocimiento de otros mundos.
- Proteger a la especie humana e incluso a otras especies animales o vegetales de la muerte y la enfermedad, de las catástrofes naturales o incluso de la acción irresponsable de los mismos seres humanos.
- Facilitar las comunicaciones entre seres humanos a lo largo de grandes distancias espaciales y temporales.
- Permitir la acumulación de saberes de manera organizada, la recuperación de información a altas velocidades o la organización física eficaz.
Sin embargo, la tecnología puede tener básicamente el propósito que queramos darle, ya que sirve para todo: para realizar acciones benéficas, nobles y esperanzadoras, o para fabricar instrumentos de guerra, muerte y destrucción.
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